miércoles, 30 de junio de 2010

Los Infortunios de la Virtud

Existen diversos caminos de llegar al éxito, tan diversos como incontables, tan múltiples que se ahondaría mucho en buscar en cada uno de ellos. Sin embargo, podríamos discernir entre el los que nos lega la virtud y los que la voluptuosidad y la lujuria nos brinda de forma execrante y fastuosa, se tiene la idea de que el éxito lo obtienen los que son justos e íntegros: Virtuosos; sin embargo, lo que en verdad ocurre es lo opuesto, el ruin, el libertino y el oportunista son los que ostentan las riquezas y el éxito producto de las estafas y diversos delitos que cometieron haciendo uso de sus atributos y artimañas. ¿Es acaso tan aciago el mundo?, ¿es acaso el universo consintiendo el libertinaje de los crápulas y castigando a los justos y probos?

Siempre existirá alguno que en su fervor religioso establecido bajo el catolicismo popular que diga, en defensa de los miserables y desgraciados, que esta vida terrenal es ruin y llena de perjuicios y privaciones, porque Dios les tiene algo mejor preparado en el cielo; sin embargo, la existencia de Dios, en la concepción que se tiene de él, no se ha probado aún, Incluso podríamos preguntarnos que si Dios es—en la concepción que se tiene de él—amor, bondad y pureza, ¿Cómo permite que lo justo sea subyugado por lo ruin?

Por lo poco que tenemos entendido acerca de Dios, pues no conoces el verdadero origen de su concepción, sabemos que Dios es perfecto; sin embargo, “perfección” implica “perfección”, no puede hacer nada que no sea perfecto, sino perdería su perfección y su omnipotencia. El perfecto solo puede pensar en “perfección” y tal ente perfecto no se encuentra en la tierra: No existe en este mundo nada perfecto, sino eso lo haría perpetuo, con diversas variantes pero perpetuo en su perfección, con estas palabras no pretendo explicar la no existencia de Dios o la no acción del mismo, sino explicar que se basan conceptos de virtud y perdición en un sentido religioso que a falta de prueba merece el beneficio de la duda. ¿Quien en su sano juicio proferiría palabra alguna a favor de el libertinaje y la perdición? sin embargo, aun así la practicaría de manera hipócrita, soterrada, austera. Los conceptos de virtud y crapuloso que se tienen son los obtenidos gracias al consenso en torno a la moral, pero quien podría afirmar que lo correcto no es lo que las sociedades consideran incorrecto, eso explicaría porque a los” viles” les va bien y a los probos o los que procuran el camino de las “buenas costumbres” no. Podría ser el caso de que la humanidad a pesar de sus avances tecnológicos y en lo que haya progresado, siga teniendo esa lógica invertida. Los consensos acerca de lo que está bien y lo que está mal los ha dado el hombre, incluso Jesús, fue hombre, hijo de Dios, pues si no lo hubiera sido, no hubiera podido morir, gracias a su concepción divina. Él, como se tiene conocimiento escrito, procuro dar una lección de vida a los demás diciéndole que estaba bien y que estaba mal o eso es lo que se cree, pues no se tiene evidencia real del origen divino que supuestamente ostenta; sin embargo, la concepción de bien o mal se remonta a los inicios de la cultura. El punto es simplemente la aparente injusticia, tal vez la humanidad está equivocada y eso es lo correcto y lo otro es simplemente retraso, como dirían algunos:”Es cuestión de selección natural: El más hábil prevalece sobre el menos hábil”. Entonces este mundo es el mundo de lo injusto, un mundo al parecer sin progeso en ese aspecto, esto aparece muy bien relatado en Justine del Marques de Sade, en la cual cuenta la historia del aciago destino de Justine una pura joven francesa que vivió en los tiempos de la Ilustración y de las infamias de Versailles. La desgraciada es hermana de Juliette, su contraparte que se dejo absorber por los placeres y la facilidad del libertinaje y la voluptuosidad, ambas fueron huérfanas, Juliette la mayor adquirió un título nobiliario gracias a infamias y algunos asesinatos los cuales le procuraron riquezas. Por el contrario Justine fue la integra, y también fue la que sufrió los infortunios de la virtud que ostentaba, sus principios no le permitieron como a su hermana procurar una vida de riqueza, su estrella era aciaga y solo de advenía sufrimiento el cual ella aplacaba orando. Las hermanas se hubieron separado casi con la certeza de no volver a ver, sin embargo, ese encuentro ocurre sin que ninguna de ambas sepa de la otra, asi como completa desconocida Justine relata sus infortunios a su hermana mayor la cual en sus adentros, sabe que la verdadera criminal es ella y no su huésped a la que injustamente encarcelaron y escoltaban para llevarla al cadalzo o a la palestra en Lyon. Esta obra ejemplifica el devenir del mundo, injusto por naturaleza, pero no pretende aceptarlo, pues a final de cuentas Juliette logra arrepentirse de la vida que llevo, mientras el infortunio de Justine acaba, eso deja una sensación de justicia, que sin embargo es muy difícil de encontrar en el mundo real. Este mundo corrompido por grandes grupos de poder que solo anhelan más a costa muchas veces del sufrimiento de los demás. No estoy en contra ni a favor, solo me mantengo en la posición del espectador, empero cuando sea mi momento de actuar como todos en este mundo me debatiré entre la virtud y lo lujurioso, lo fácil. Cabe mencionar lo maquiavélico de mi pensamiento, creo que como la mayoría avanzaría por el camino de lo voluptuoso, tratando de llegar a ser como la prostituta que logro reformarse en su mundo, pero nótese que lo hizo cuando ya tenía una vida establecida, con comodidades y lujos que la nobleza le otorgo.

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