miércoles, 16 de abril de 2014

La luna enamoradora.

No soy tanto de perder el sentido, no ya no; sin embargo, existe en ella tal magnificencia que cautiva al mundo con solo conocerla. Es el brillo de sus ojos fiel reflejo de la luz de Luna, causada por el reflejo dorado que solo la luz del sol le da al astro nocturno.

La luna, mi luna, es eso. Ella puede reflejar la luz del sol, e iluminar todo con su presencia, eso hace que todos la miren sin debatir consecuencia. 
La luna esta hecha de color morado. Transmutación dice ella. 
Yo solo creo que es morada, por que no hay mejor sombra para tal blancura. 

No soy un romántico empedernido, no, ya no.
Pero sé reconocer belleza cuando la miro, cuando la siento, cuando la admiro
Ella, mi luna, es bella como ninguna, por que es única en su forma de ser conmigo
Sé que ella es conmigo como solo conmigo puede ser, y es con sus amistades, como solo una estrella puede ser.
Ser o no ser no es el conflicto de mi luna, es brillar bajo o brillar para todos.

Mi luna no cree en romanticismos ni palabras elaboradas, ella es solo como ella dice, ella misma. 
Enamora al mundo siendo ella misma, y el mundo le retribuye su perfección con devoción.

Ella ya se fue a dormir y le toca al sol salir, esperemos que brille fuerte, para que mi luna resplandeciente, como cada noche, me vuelva a hacer sonreír.